Hasta los años treinta la carrocera Barker fue la encargada de vestir los chasis de Rolls Royce. Sobretodo las carrocerías especiales armadas a pedido por clientes exigentes o de la realeza inglesa. Conozcamos un poco de su historia carrozando automóviles.
Rolls Royce Phantom II Continental del año 1930. |
Los orígenes de la carrocera Barker se remontan al año 1710 cuando un oficial de la Guardia de la Reina Ana instaló un taller en la ciudad de Londres, más precisamente en Candos Street justamente en el 66 de dicha calle. Rápidamente la carrocera se ganó la confianza de la Casa Real y algunos clientes fueron Jorge III, el duque de Wellington y Guillermo IV.
Este último otorgó a la empresa Barker el Royal Warrant of Appointment (real cédula de nombramiento). Es una autorización otorgada por miembros de la corte británica que permite al proveedor anunciar que brinda un producto a la familia real.
A partir del año 1905 la empresa se reestructura con un capital de 45.000 libras esterlinas y pasa a llamarse Barker & Co. (Coachbuilders) y siguen teniendo sus talleres en la misma calle londinense. En ese momento comienza la colaboración con la automotriz Rolls Royce.
En algunos catálogos de la empresa inglesa se hacía mención que todos los automóviles de la marca llevarían carrocerías de Barker. Mientras tanto la Rolls Royce se había asegurado los planos para la realización de carrocerías de distinto tipo a Montagne Graham-White, que era un diseñador independiente.
El acuerdo cerrado con la carrocera Barker incluía la fabricación de 9 carrocerías y por otro lado se le pagaba a Graham-White 75 libras esterlinas oro por modelo en concepto de derecho.
Para el año 1909 la Barker traslada su taller y administración a Olaf Street y abre un salón de exposición en 66-69 de South Audley Street en el centro de la ciudad de Londres. Ya contaba, la Barker, con un prestigio indiscutible en la elaboración de carrocerías para los chasis de la Rolls Royce.
En el año 1913 la Barker realizó una carrocería para el Nizam de Hyderabad de la India para el traslado por las calles de la corte real. En la parte trasera tenía un trono con altura regulable y protegido por un baldaquín. Con muchos detalles florales con incrustaciones de plata y adornos de oro macizo.
Pero no solo la Barker hizo estas carrocerías fastuosas y recargadas, sino que desarrolló accesorios y aplicaciones especiales para automóviles fabricados en serie. Entre ellos patentó un sistema de ejecución para las ruedas de disco y un dispositivo de regulación de los faros desde el interior del habitáculo. Este dispositivo lo usaron varias automotrices británicas como la Alvis, por ejemplo.
La mejora de las carrocerías de serie por parte de las distintas automotrices, la falta de pedidos para realizar carrocerías fuera de serie y el aumento de los costos para producir estos trabajos especiales, hicieron que la Barker comenzara con problemas financieros.
La debacle comenzó en la segunda mitad de la década del treinta y en el año 1938 la Barker es puesta en liquidación. Las instalaciones y las demás actividades que tenían pasaron a manos de otra carrocera, la Hopper & Co. empresa competidora en aquellos años.
La fotografía nos muestra un Rolls Royce Phantom II Continental del año 1930 que fuera carrozado por Barker & Co. Este automóvil fue el prototipo del modelo Continental y ganó el Grand Prix d’Honneur en el concurso de elegancia que se celebró en Biarritz, Francia, en el año 1930. La foto la tomé de la Enciclopedia Salvat del Automóvil editada en el año 1974 en Madrid, España.
Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos
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